Yo era reportero en el diario Ya y, en general, informaba de lo que me decían. En 1955 me enteré de que iba celebrarse en Ginebra la primera conferencia mundial de usos pacíficos del átomo y pedí a mi director que me mandara. Fui en tren, con mi amigo Miguel Sánchez Mazas. Al acreditarme, me dieron un montón de información que me pasé toda la noche leyendo en el hotel. Así, a los 31 años, el periodista para todo que había estudiado derecho se convirtió en periodista científico.
Poco a poco empecé a especializarme. En 1965 me atreví a participar como ponente en un curso de periodismo científico organizado por Ciespal, en Quito. Ahí conocí a colegas de Hispanoamérica y junto a uno de ellos, Arístides Bastidas, fundamos en 1969 la Asociación Iberoamericana de Periodismo Científico.
En 1971 fundé la española, la AEPC (en la actualidad, AECC). Al final, resulta que he escrito varios miles de artículos de ciencia, unos cuarenta libros, varios de ellos de teoría del periodismo científico, que me doctoré en la materia, como quería mi padre, a la edad de 75 años y que, con perdón, he estado en todos los fregados relacionados con la comunicación científica en España e Iberoamérica entre el 55 y el 2005 o 2006. (Desde entonces estoy fuera de juego y por eso escribo por persona interpuesta.)
Manuel Calvo Hernando ha sido el pionero del periodismo científico en España, tanto en el ejercicio de la profesión como en la teoría del negocio.
Felicidades por esta idea. Manuel Calvo Hernando ha sido una inspiración para todos y creo que es muy importante compartir su legado en las redes sociales.
Gema
Gracia, Gema. ¿Contaremos con tu historia? Ya sabes, la tiene que enviar a info@divulgador.es