Podríamos definir la divulgación de la ciencia como el proceso de transmitir al público el conocimiento adquirido mediante la investigación científica. Tal transmisión del conocimiento se ha venido realizando hasta la fecha por dos canales principales: el institucional y el mediático. El canal institucional tiene como base la enseñanza preestablecida: estudios primarios, medios y superiores que viene controlado por consejos asesores definidos por los organismos gubernamentales correspondientes. El canal mediático suele ser cubierto por periodistas en los medios de comunicación: prensa, revistas, libros, radio, televisión e Internet. Este segundo canal ejerce un papel esencial en la formación del individuo una vez alcanzada la edad adulta pues la mayoría de la población no sigue ningún tipo de aprendizaje sobre la ciencia o la técnica. Sin embargo, la crisis desatada por los recortes ocurridos en ambos sectores por el actual gobierno del PP nos lleva a una encrucijada sin precedentes. No podemos consentir que el distanciamiento entre conocimiento público y científico siga creciendo. Continue reading
Cuatro encuentros casuales, por Germán Fernández Sánchez
Desde pequeño he tenido dos vocaciones: la ciencia y la escritura. Pero debo confesar que a mí solo jamás se me habría ocurrido combinarlas. Así que, como no existía una carrera de novelista, me incliné por las ciencias. En un principio me sentí tentado por la biología; no en balde pertenezco a la generación que creció con los programas de Félix Rodríguez de la Fuente. Pero al final estudié Físicas. Después de unos años de beca en beca (en el CERN en mi caso), y con un título de doctor que ahora adorna la pared en casa, acabé trabajando… en una empresa de informática. Pero ésa es otra historia; lo de la divulgación científica vino después. Continue reading
La ciencia también existe, por Luz Rodríguez
Topé con la divulgación científica, propiamente dicha, hace un año y medio, después de estar casi dos décadas ejerciendo como redactora de informativos, en radio y tv, en Granada, en la delegación provincial de una cadena autonómica.
Gracias a una beca para formar periodistas científicos de la Fundación Descubre, pude ejercer como redactora en el periódico de referencia de mi ciudad, una modalidad del periodismo, la prensa escrita, que no había tocado hasta ahora y que supuso un nuevo desafío, algo que se agradece a estas alturas de la vida y de la profesión.
Comencé con ilusión mi nueva faceta como divulgadora científica. Pero pronto topé con la triste y cruda realidad, publicar una noticia sobre ciencia, en el periódico, era una verdadera odisea. Lo tenía difícil entre el fútbol y la política local que acaparaban todo el espacio. “Hoy no puede ser, a ver si en el fin de semana que hay más hueco…” y así, cada semana.
Mi interés por la ciencia crecía cada vez más, sobre todo, al conocer el trabajo de la comunidad científica granadina, muy amplia y activa. Desde esta ciudad se llevan a cabo proyectos de gran repercusión internacional. Investigadores de alto nivel han llegado hasta aquí procedentes de todos los rincones del mundo. Uno de los aspectos más frustrantes de mi año en el periódico ha sido ver como los trabajos de estos científicos, que han acaparado las portadas de las revistas científicas más reconocidas internacionalmente y que han salido en los principales medios de comunicación nacionales, en la prensa local, “no tenían hueco”. Fue la constatación de que hay muchas historias interesantes que contar y muchos científicos desconocidos para la sociedad a los que dar visibilidad, lo que me llevó, una vez acabada la beca, a crear mi propio blog Ciencia en Granada, sobre la actividad de la comunidad científica granadina. Un proyecto personal que me entusiasma y que me ha reconciliado con el periodismo
Luz Rodríguez es responsable del blog Ciencia en Granada. Periodista científica para la Fundación Descubre. Ha trabajado, durante casi dos décadas, como redactora de informativos de radio y televisión en la RTVA, en Granada.
Tengo cinco motivos para hacer lo que hago, por Erika López
Dice el informe de vida laboral que nos envía gentilmente la Seguridad Social que llevo ya quince años dedicada al periodismo. No tienen ni idea: los periodistas nacemos así, periodistas. Preguntamos, desciframos, traducimos, investigamos desde pequeños. En realidad, pues, llevo treinta y cinco. Siempre supe que quería tener esta profesión, y os voy a intentar transmitir mis motivos. Continue reading
La pasión por el espacio y la divulgación es contagiosa, por Julia Marín-Yaseli de la Parra
Me llamo Julia Marín-Yaseli de la Parra y empecé a divulgar en mi
segundo curso de físicas, al participar en proyectos de la Agencia
Espacial Europea (ESA). Me dí cuenta que mi pasión por el espacio era
contagiosa y…¿por qué no utilizarla para ganar unos dinerillos y
pagarme los libros de la carrera? Así que empezamos a desarrollar
talleres para institutos, colegios,…y a presentarlos en todo Aragón. Continue reading
Un obrero que hace ciencia por la pasta, por Óscar Menéndez
Yo de mayor quería ser periodista de internacional. Concretamente, periodista especializado en oriente próximo. Mi primer viaje como freelance a esa zona, con apenas 22 años, me demostró que no tenía el cuerpo preparado para ver la injusticia tan de cerca y sólo escribir sobre ella. Continue reading
¿Ciencias o Letras? No, divulgación científica. Por Raul Toran
Desde pequeño recuerdo que me interesaban mucho las ciencias, pero también las letras. Siempre estaba estudiando o leyendo cómics y novelas. Siempre decía que quería ser profesor de matemáticas o de física. Se me daba bien explicar la lección o deberes a mis compañeros/-as. Al finalizar la secundaria, decidí estudiar Física. Seguramente la lectura de “Breve historia del tiempo” de Stephen Hawking tuvo algo que ver en que inclinara la balanza hacia esta disciplina. Me fascinaban los científicos como Newton, Einstein o Curie. Continue reading
Casualidades de la vida, por Núria Jar
No sabía lo que era un célula madre, olvidé por completo las capas de la atmósfera y nunca llegué a resolver un logaritmo. Mi atención se distraía cada vez que alguien hablaba de ciencia… ¡menudo rollo!
Bien… que cómo empecé en esto, ¿no?
Por pesado y por el dibujo de un leopardo, por Samuel Cañadas-Santiago
Sin yo saberlo, el propio Carl Sagan ya había dado mi respuesta, de un modo sublime, cuando le preguntaron por qué perdía el tiempo divulgando, si podía estar investigando. Cuando te enamoras, quieres darlo a conocer, y los científicos deberían estar enamorados de la ciencia.
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Sacando el telescopio a la calle, por Emilio Castro Otero
Echando la vista atrás ya llevo casi veinte años sacando mi telescopio a las calles de distintas ciudades y pueblos. Mi memoria no es muy buena pero recuerdo que en 1993 me regalaron mi primer telescopio. No me acordaría si no fuera por la anécdota de tener que explicarle al vendedor que el telescopio que tenía en exposición: ¡estaba montado al revés! Y no digo yo que en la planta de un centro comercial haya muchas estrellas que observar, pero tampoco es como para poner al pobre telescopio castigado mirando para el suelo.